lunes, 7 de mayo de 2007

jueves, 12 de abril de 2007

Y TU CAMPO DE FLORES BORDADO...


































Durante la dictadura militar portar flores en las manifestaciones callejeras era el símbolo inequívoco del reclamo por aquellos que no estaban. Flores que no llegaban a ningún cementerio, flores que se marchitaban frente a los centros de tortura, al ministerio de justicia, al frontis de la moneda, flores que irrumpían en el asfalto con una violencia inusitada reclamando con su presencia una ausencia irremediable.


La obra de Carolina Valdés nace de la necesidad de establecer una marca en el paisaje, que desde el arte recuerde, suture, desobedezca al olvido y visibilice a las mujeres que murieron víctimas de la represión.





Esta marca desobediente quiebra en su despliegue la verticalidad del monumento, el anonimato de la cifra, generando una instancia recorrible que permite instalar otra memoria en el espacio, aquella que evoca a las niñas, a las embarazadas, a tantas mujeres a quienes se les arrebató la posibilidad de seguir caminando por la vida. La obra se compone de cuatro series de flores, que si bien nacen de un mismo molde cada una tiene detalles particulares buscando evocar la unicidad de cada una de estas mujeres.
Villa Grimaldi es la primera parada de esta obra que fue concebida para transitar por espacios diversos. Su carácter móvil le otorga la posibilidad de irrumpir en distintos contextos desafiando los límites que los poderes hegemónicos buscan trazar a aquellos recuerdos que incomodan a la historia oficial. Flores que no se marchitan instaladas en el espacio, presentes.
Para la generación que creció en dictadura entonar el himno nacional era el ritual obligatorio de cada lunes en todos los establecimientos educacionales del territorio nacional, de pequeños escuchamos y entonamos sin comprender mucho esta particular canción con olor a desfile y palabras de diccionario, de adolescentes remedamos con burla la famosa canción y ya de grandes comprendimos las oscuras intenciones detrás de la aburrida imposición escolar que a fuerza de repetición instalaba en el inconsciente frases que supuestamente construían el imaginario patrio comparándolo con el Edén.




La obra de Carolina Valdés recoge justamente esta paradoja construyendo este peculiar jardín que cifra en la repetición la intimidad del recuerdo.







Paula Olivares Gallardo, Licenciada en Teoría e Historia del Arte








viernes, 30 de marzo de 2007

LAS FLORES...

Esta obra nace frente a los acontecimientos de los últimos años, pues se hace necesario aportar desde la mirada artística a la temática de derechos humanos, pues generalmente esta está dada por una perspectiva judicial de los acontecimientos, es el momento de utilizar nuevos lenguajes para acotar lo sucedido durante la dictadura militar, en este sentido la emotividad del arte recupera aquello que se pierde en los testimonios de tribunales, el arte vuelve a referirse al ser humano, a la persona atrás de ese número, es cifra que por años ha acompañado.

Las mujeres son el tema central de esta instalación, pues ellas fueron las que sufrieron de manera mas agresiva la violencia impuesta durante aquel período, también porque fueron ellas quienes se organizaron en la búsqueda incansable de verdad y justicia para sus familiares.
Este proyecto incorpora la instalación de 200 flores hechas en cerámica de aproximadamente 90 a 120 cm de diámetro.

Cada flor simboliza a cada una de las mujeres que fueron víctimas de la represión y de la violencia imperante durante la dictadura militar y también a cada una de las mujeres que sufrimos los atropellos de nuestros derechos directa o indirectamente.
La flor en su contenido es particular, respetando la individualidad de cada ser humano, contenido dado por la utilización de diferentes técnicas de cerámica, es decir habrá una distinción en términos de color y diseño de la decoración de cada flor, es decir, cada flor es una obra en si misma.
Este proyecto se ha estado desarrollando, en su primera etapa que contempla 40 flores, durante un año y medio, dado la sensibilidad del tema abordado y las técnicas que he empleado.

martes, 20 de febrero de 2007

AGRADECIMIENTOS...

A todas aquellas mujeres que inspiraron esta obra y que me acompañan en cada momento...
A mi hijo Oscar por su hermosa sonrisa que alegra mi alma.

quisiera agradecer al Fondo Nacional de Cultura y las Artes
al directorio del Parque por la Paz Villa Grimaldi, por confiar en esta idea y aportar con
el espacio para la exposición.
gracias a Beto por toda la comprensión y ayuda brindada,
a Macarena González y Carolina Romo por ayudar a sembrar estas hermosas flores,
A Daniela Miranda y Paula Olivares por ayudar a aclarar mis ideas y poner verbo donde hay acción.
A la valiosa Ofelia Moreno, que me dio furezas desde el primer día para poder
seguir adelante, a Isabel Gallardo y Juan Rojas por su paciencia y comprensión.
A Carlos Arredondo, un gran abrazo desde Chile y mi mas profundo agradecimiento,
A Marjorie por regaralarme ese baile tan hermoso durante la Inaguración,
a Carito, Don José Zalaquett, Elinett, Gerardo, Tía Lily, Marjorie, Lorena, Ernesto... por apoyarme y creer en este proyecto
a Todos y todas que confiaron en esta obra, porque sin su aporte final no habría sido posible montar esta obra.
y finalmente a todas y todos los familiares que me han regalado hermosas palabras...
que invaden mis mas profundos sentimientos... GRACIAS

martes, 13 de febrero de 2007

INAUGURACIÓN



Inauguración, primera etapa
sábado 14 de Abril de 2007
a las 12.00 horas en el
Parque por la Paz Villa Grimaldi.
Av. José Arrieta nº 8401